A medida que las mujeres envejecen, experimentan muchos cambios en su organismo, incluido el aspecto y la sensación de su piel. La menopausia es una fase natural de la vida de las mujeres y puede desencadenar una serie de cambios en su piel, como más brotes, sequedad, enrojecimiento y mayor sensibilidad.
Equilibrar los niveles hormonales y de humedad de la piel es clave para mantenerla sana y controlar la piel sensible durante la menopausia. En este artículo nos adentramos en lo que está ocurriendo en tu piel durante la menopausia, las afecciones cutáneas más comunes a las que debes prestar atención y cómo cuidarla mejor y controlar la sensibilidad.
¿Qué le ocurre a la piel durante la menopausia?
La menopausia es un cambio natural que se produce en el organismo de la mujer cuando deja de ovular (liberar un óvulo de los ovarios) y cesan los periodos menstruales. Suele producirse entre los 45 y 55 años, pero puede ocurrir antes o después. Durante la menopausia, disminuyen los niveles de estrógenos y andrógenos, lo que puede provocar una serie de cambios en la piel.
El estrógeno ayuda a mantener la piel joven, con un aspecto suave y radiante. Cuando bajan los niveles de estrógeno, también disminuye la producción de colágeno, lo que provoca la formación de líneas finas, arrugas y flacidez en la piel. La pérdida de estrógenos también puede resecar la piel y volverla más fina, afectando negativamente a las glándulas mucosas y sudoríparas y ralentizando la producción. Del mismo modo, la disminución de los niveles de hormonas andrógenas puede provocar un aumento de la producción de grasa, que puede provocar manchas y acné.
Las afecciones de la piel pueden incluir:
• Piel seca y con picor
• Brote de rosácea
Se incrementa el acné y la piel grasa
• Las líneas finas y arrugas aumentan de tamaño
• Los productos del mercado dejan de funcionar tan bien
Cuidar la piel sensible durante la menopausia
El cuidado de la piel durante la menopausia requiere prestar atención tanto a los niveles de hidratación como a la sensibilidad. Asegúrate de encontrar productos que sean suaves con la piel, al tiempo que retienen la humedad y no eliminan los aceites esenciales de la piel. Busca productos con ingredientes activos como ceramidas, ácido hialurónico (AH), glicerina y niacinamida, todos ellos estupendos para mantener la hidratación de tu piel. Estos ingredientes también ayudan a reconstruir la barrera lipídica de la piel, mejorando y reteniendo la hidratación.
Para algunas mujeres, menos es más. Intenta simplificar tu rutina de cuidado de la piel para evitar sobrecargarla y potencialmente sensibilizarla. Utiliza un limpiador suave y cremoso para limpiarte la cara y desmaquillarte. Una crema hidratante rica y no obstruccionista puede ser de gran ayuda. Por último, asegúrate de ponerte protector solar con un SPF de 30 o más todos los días. Los rayos dañinos del sol pueden causar un envejecimiento prematuro de la piel y también agravar algunas afecciones, como la rosácea. Asegúrate de volver a aplicártelas a mediodía.
Al elegir productos tópicos para el cuidado de la piel, es importante tener en cuenta que no todos ellos son iguales. Los productos para el cuidado de la piel, como los exfoliantes, el retinol, el peróxido de benzoilo y otros productos para el acné, pueden ser demasiado agresivos para la piel y deberían evitarse. Por otra parte, si experimentas una reacción al producto, es mejor evitar cualquier producto que se etiquete como “anti-envejecimiento”, porque suelen ser más fuertes y podrían exacerbar la reacción.
Cambios en la dieta y el estilo de vida
Tu dieta también desempeña un papel importante en la salud de tu piel durante la menopausia. Ciertos alimentos pueden causar irritación y sensibilidad en la piel o desencadenar afecciones cutáneas inflamatorias. Suelen incluir alimentos o bebidas con alto contenido en cafeína, alcohol, alimentos picantes y productos con mucha azúcar. Algunas mujeres afirman que evitar estos alimentos y aumentar la ingesta de frutas, verduras, frutos secos, grasas saludables, verduras de hoja verde y proteínas magras ayuda mucho a reducir la sensibilidad y la sequedad cutáneas.
Otra parte de los cuidados de la piel tiene que ver con tu nivel de estrés. Experimentar más estrés y ansiedad puede empeorar la sensibilidad de la piel. Inténtalo con actividades meditativas, como el yoga o la meditación, para reducir el nivel de estrés. Del mismo modo, el ejercicio aumenta el flujo sanguíneo y los niveles de oxígeno de la piel, lo que puede ser beneficioso para controlar la inflamación y ralentizar el proceso de envejecimiento.
Conclusión
La menopausia es un importante rito de paso en la vida de la mujer y los cambios en los niveles hormonales que acompañan a esta etapa vital pueden afectar significativamente a la piel. Para el buen cuidado de la piel, hay que encontrar productos suaves que mantengan la hidratación y retengan la humedad. Seguir una dieta sana y minimizar el estrés ayuda mucho a aliviar la sensibilidad de la piel. Darse cuenta de los cambios y actuar de forma proactiva para controlarlos puede marcar una gran diferencia en el aspecto, la sensación y el envejecimiento de la piel.